El Juego Maldito

Las personas con alto grado de valentía, siempre tienen un límite; y cuando este limite llega, su miedo se puede sentir en el aire...

No me hago responsable si al realizar esto no vuelves a ser quien eras; la práctica de este juego es bajo tu propio riesgo.

Para realizar este juego debes estar sólo en tu casa, en una habitación en la cual haya un espejo. A la media noche debes encender dos velas; una a tu derecha y otra a tu izquierda. Debes tener también una tiza color blanco. Al tener todo esto puedes empezar: cierra la puerta, pero no con llave. Apaga la luz y con la poca luz de las velas escribe en el espejo: "ven aquí, yo te invoco". Si no ocurre nada, agrega a la frase un signo de admiración; pero !cuidado¡ no te pases de seis, ya que puedes enojar al espíritu y si lo haces no podrás contar lo que viste. Todos aquellos que se atrevieron a hacerlo están muertos. Si llegas al sexto signo y no ocurre nada se paciente, porque dentro de poco notarás que algo o alguien se acerca; además sentirás que abren la puerta muy despacio y alguien entra a la habitación. No se te vaya a ocurrir dar la vuelta; solo míralo a través del espejo, ya que no querrás morir. Esta persona de apariencia extraña, vestida de negro, te hará una sola y única pregunta: "quieres jugar". Tu solo limítate a decir "si" o "no"; de lo contrario, si dices otra cosa, este sujeto te volverá a preguntar lo mismo una y otra vez pero con un tono mas fuerte.

Si te crees listo y dices que no, verás que el sujeto empieza a retirarse hasta perderse entre las sombras; además, las velas se apagarán. ¡No enciendas la luz ni salgas del cuarto! Él sigue allí esperándote para encontrarse contigo en la penumbra. Mejor cierra la puerta con llave y sal de allí al amanecer; a esa hora, él se habrá marchado.

Si te crees valiente y dices que sí, este sujeto empezará a acercarse cada vez más y te tomará del cuello con sus manos frías; veras a través del espejo como empiezas a llorar sangre hasta no poder ver tus ojos. Tendrás que quedarte inmóvil hasta que te suelte y se retire por sí solo sin decirte nada.

Ahora que ya es de día puedes salir; pero yo que tu me iría de allí de inmediato, mas si me siento observado ya que por los siguientes seis días este sujeto te estará persiguiendo. Debes huir de el y no quedarte solo, ¡puede que, desde el rincón más oscuro, él te esté observando!

Una vez pasados esos tres días podrás estar tranquilo porque él ya se habrá aburrido de ti; pero después de lo vivido no creo que puedas estar tranquilo o ¿podrás poder volver a mirarte al  espejo?...

Hagas lo que hagas no mires atrás

                          
Historia redactada por: David Flores